Libros para abrazar la música

Por Helena Perez Bellas el 19.07.17 en Libres recomienda

En Libres nos gusta mucho hacer listas. Esta vez hacemos una de libros para que los inspire a escuchar más música, a grabar un disco, a escribir sobre experiencias musicales, a comprar un vinilo o a ver una banda en vivo y también a avistar aves cantoras y grabarlas (¿por qué no?).

1. Todavía No Me Quieres, de Jonathan Lethem

Una novela que, de tener protagonistas más jóvenes, podría ser catalogada en el rubro coming of age. Lethem es uno de los novelistas más ambiciosos de la actualidad y su obra suele ser bien recibida y excelentemente reseñada. Conocido internacionalmente por su novela La Fortaleza de la Soledad y con premios, reconocimientos y fajas de bestseller en sus libros. Lethem escribe en el 2009 su novela más accesible. Esto no debe ser mal interpretado, más bien todo lo contrario. Con Todavia No Me Quieres, Lethem prueba que es capaz de escribir una novela divertida, sagaz, simple y llena de amor. En manos de otro escritor, una historia como ésta podría haber caído en cierto cinismo o, incluso, soberbia. Pero Lethem consigue relatar la historia de una banda de rock que quiere grabar un disco, salir de gira y, en el medio secuestrar, un canguro. Los deseos más inocentes y genuinos, alrededor de la mística que representa el ideal de la música o el sueño de tener un disco de estudio, el anhelo de hacer algo significativo, van tomando las 200 páginas de esta novela.

Muchos músicos se van a sentir reflejados en esta novela, no serán ridiculizados o tomados a la ligera. El bloqueo creativo y los sueños son una cosa seria para Lethem. Escrita con cariño, respeto y consideración, parece un tributo para cada banda en el mundo que no se rinde y sigue intentando.

Editada por DeBolsillo / Penguin Random House.

2. Tom Waits: Conversaciones, entrevistas y opiniones, de Mac Montandon

Un libro que podría ser también un objeto ya que su edición no es linda, es bellísima. En una cuidada tapa dura y con papel de altísima calidad, este libro recorre el pensamiento vivo de Waits. Desbocado, honesto, fóbico, romántico y con brotes de intensidad que contagia a cualquiera, Waits no tiene miedo de decir cómo ve el mundo, que cosas lo afectan, que le gusta y que no. Pero dejando de lado sus opiniones, Waits demuestra tener un costado muy generoso, si de hablar de composición, técnicas y trabajo en el estudio se trata. No todos los artistas son abiertos y explícitos con su método de trabajo y está bien que así sea, ya que muchas veces no es por soberbia, es por pudor o por rasgo de carácter. Pero la experiencia de Waits grabando discos, trabajando con productores y escribiendo letras, es digna de ser leída. Mucho se puede aprender uno de los artistas más importantes de la historia de la música y si bien cada experiencia es personal y cada artistas construye su método, lo que transmite Waits es una dosis de seguridad y firmeza que colabora con el alma de cualquier cantautor.

Si algún lector tiene aún una pequeña duda sobre este libro, corresponde alentarlo con el siguiente dato: su célebre conversación con el director de cine Jim Jarmsuh esta incluída en el presente volúmen.

Editado por Global Rhythm Press.

3. El Peregrino, de J. A. Baker

Un pequeño paréntesis para lo personal se debe abrir en esta recomendación. El yo debe intervenir para justificar la inclusión de este libro en esta lista. Avisto pájaros. Así es. Avisto aves en diferentes puntos de la ciudad y la provincia de Buenos Aires. Empecé un día debido a una de esas confusiones que terminan bien. Estaba esperando a una amiga y me choqué con un grupo de señoras, jóvenes y adultos diversos, que caminaban rumbo a la reserva ecológica. Una notificación llega a mi tablet, mi amiga estaba retrasada una hora. Me acerqué al grupo para preguntar si podía quedarme junto a ellos y me dijeron que sí. Y así comenzó todo.

¿Que aprende una persona que hace música, trabaja en un estudio de grabación y escribe de música, si un día está mirando un pájaro mientras alguien anota a su lado y otro lo imita (!) mientras otros sacan fotos? A escuchar otras cosas, líneas, resonancias y tonalidades. Lo más difícil para un músico muchas veces puede ser escucharse. A medida que se avanza el músico se escucha cada vez más y en el 2007 lo que era buenísimo hoy es un desastre. Un desastre terrible. Una catástrofe. De toda depresión se sale trabajando y de todo trabajo nace la voluntad artística. Mi defensa a rajatabla del estudio de grabación y el ensayo sistemático, tiene estas bases.

¿Y los pájaros? ¿Y el libro? De los pájaros aprendí que unos cantan bien y otros no, pero como todo en esta vida hay matices. Para mí, Dylan es un cantante fenomenal y me han mirado con cara de está loca. Como si todo esto fuera poco el halcón peregrino no canta y encima se come a los que sí cantan, su sonido se puede tornar insoportable, desafinado y francamente irritante. Pero hay algo en la línea de sonido de este bicho que me resulta atractiva y perturbadora. No tengo una base científica para afirmar esto pero la naturaleza parece haber afinado el sonido del halcón peregrino en una serie demenciales de notas menores y mayores, que rompen con todo sentido de la métrica, aturden, confunden, desconciertan y no sé si es así, pero para mi es un plus para que esta especie ocupe el puesto número uno en la lista de depredadores más letales de la naturaleza. Te pega un grito y quedás sordo o te querés morir. Buscando me encuentro con que en muchos lugares graban el sonido del peregrino y lo largan por altoparlantes para que las palomas se vayan.

Al mismo tiempo este pájaro es una maravilla de la naturaleza. Las anotaciones de J. A. Baker son fantásticas. Cierta melancolía de un mundo que se va—dándole paso a otro que, quizás, no convence tanto a Baker—se cuela entre las anotaciones de vuelos, caza, hábitos, costumbre, peso, plumaje.

Por último, recomiendo grabar el sonido de las aves. Bjork lo haría.

Editado por Sigilo.

4. Juliet, desnuda, de Nick Hornby

Puede parecer fácil que un escritor se acerque al mundo de la música. Puede parecer que es un tema más de tantos, incluso puede parecer fácil. Pero no lo es. Es más bien todo lo contrario. La música, sobretodo el rock, puede ser un lugar muy tentador para caer rendido ante todos los lugares comunes posibles. Por eso Hornby hay uno solo.

Fanatismo más que obvio mediante, la recomendación de Juliet, desnuda no tiene como base esquivar su Alta Fidelidad (de hecho, lean ese libro también). Tan solo se trata de un libro que encuentra una madurez y una complejidad que quizás muchos no se esperaban. Hornby es genial, de eso no cabe duda, pero los caminos que recorre este libro trazan puentes directos con el existencialismo, la razón de vivir y lo que nos hace la música día a día. Escucharla, bailarla e, incluso, inspirarla.

Muerte, pasión, el inexorable paso del tiempo y el misterio de un cantautor que sencillamente un día desaparece, se torna en leyenda, se torna en obsesión, una obsesión que llena Internet de posts, teorías, fotos robadas, intercambios con extraños y persecuciones no solicitadas.

En este libro el lugar que Hornby le da a la música es otro. No es nada más la banda de sonido que acompaña la vida. Es directamente la vida.

Edita Anagrama / Riverside Agency.

Una lista en YouTube basada en Nick Hornby.

5. El Jazz en acción, de Howard Becker y Robert Faulkner

Becker tiene el talento de combinar rigurosidad científica con textos más que accesibles, pero no por eso menos profundos y totalmente imprescindibles. Escuchar jazz puede ser difícil (aunque podemos decir que hay cierto mito alrededor de eso, mito que humildemente queremos derribar) pero apreciarlo, conocerlo y tener herramientas para escribir sobre el género, lo es aún más.

Cualquier persona que entra a trabajar en la industria de la música se termina topando, tarde o temprano, con el jazz. Cualquier músico se termina encontrando y se deja cautivar por el jazz en algún momento de su existencia. Becker (que en esta oportunidad comparte crédito con Robert Faulkner) se mete con los misterios del jazz e intenta comprender el más grande de todos ellos: cómo puede ser que un grupo de tres o cuatro músicos que no se conocen, logren tocar juntos sin fisura y acoplándose unos con los otros como si fueran una banda que lleva tocando junta toda la vida. Los clubes de New York, la tradición de jazz en contrapunto con el público, los sótanos y ciertos nombres de leyenda, transitan las páginas de este libro.

Con lo personal como motor (Becker y Faulkner son también músicos) El jazz en acción, se corre detrás de escena, debajo del escenario, narra diferentes formaciones, recurre al archivo personal y da cuenta de una vida impresionante.

Edita Siglo XXI.

Bonus track: ¿Por qué es importante la música?, de David Hesmondhalgh

Defensa férrea de la música de parte del académico e intelectual David Hesmondhalgh que no esquiva una crítica al pop prefabricado e intenta marcar una línea de pensamiento alrededor de un hecho fundamental: la música no es (nada más) consumo pasivo de hits pre fabricados.

Es mucho más.

Edita Paidós / Entornos.

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