Música y Poesía, una amistad

Por Helena Perez Bellas el 22.03.19 en Ensayo

Cuando se piensa en los vínculos de la poesía con la música se piensa de manera inmediata en Bob Dylan, luego aparecen nombres como Tom Waits y Patti Smith. No podemos llamar a ninguno de esos artistas un lugar común, no se lo merecen, pero sí quizás sean los más nombrados a la hora de unir poesía, o literatura, con las canciones y la música. Pero hay mucho más y aparece en lugares no tan obvios como el pop más mainstream, la música indie o el rap.

Uno de los poetas del cual más se sirven solistas y bandas es el legendario T.S. Eliot. Muchos se han preguntado qué tiene Eliot que no tengan otros poetas. Una de las respuestas que podemos ensayar aquí es la capacidad visual que llevan consigo los poemas de Eliot, esto quiere decir que podemos ver aquello que Eliot nos cuenta de una manera tan profunda que parece estamos ahí mismo. Las descripciones geográficas, en general campestres, son combinadas con poemas de amor o desamor que se llevan muy bien con el mundo adolescente y dan palabras y herramientas para que una canción pop se convierta en un himno generacional. Eliot consigue unir proyecciones visuales muy concretas con sentimientos potentes. Versos como “Ya habrá tiempo ya lo habrá para el humo amarillo que se arrastra por las calles rascándose contra las ventanas”; o “Te mostraré el miedo en un puñado de polvo”, son perfectas para encajar con los sentimientos que alteran la vida de un adolescente y los primeros desvaríos en el amor. Eliot tiene algo y ese algo es parecer encontrarse siempre al límite, qué mejor que eso para entender el mundo de una persona joven que vive todo con una intensidad irrepetible.

Uno de los ejemplos clásicos de la influencia de T.S. Eliot en la música pop es el hit de Pet Shop Boys, West End Girls.

Inspirada en el poema La Tierra Baldía, hija de un pop oscuro y hermana en sentimiento de The Smiths, esta canción del dúo inglés marca una época, un antes y un después incluso, cuando decide llevar también las influencias del reciente hip hop en su composición. De Eliot no toma nada más la inspiración poética, toma también una estructura narrativa un tanto ambigua en la cual las voces son un collage de experiencias, con voces que entran y salen de manera cautivadora para decir cosas terribles, “a veces sería mejor que estés muerto, hay un arma en tu mano y apunta a tu cabeza”, mientras se habla de las presiones de clase y de lo que significa vivir en la periferia de una gran ciudad.

Eliot también formó parte de la fuerza creativa de la gran PJ Harvey. Eso queda explicitado en su canción On Battleship Hill que tiene enormes puntos de contacto con el poema de Eliot, The Waste Land.

PJ Harvey se sirve de los sentimientos que se reflejan en el poema de Eliot: tristeza, cierta opresión, la idea de una tierra arrasada, la posibilidad de una guerra, crueldad, la idea de que todo está por colapsar y lo pone a funcionar en su canción. Las montañas, la naturaleza en si, se encuentran presentes, como si fueran elementos a punto de implosionar o derrumbarse. Oscura, pero también mística, la canción funciona como funciona el poema de Eliot, logra su cometido y provoca un paseo sentimental por zonas más que delicadas.

La lista de músicos y músicas que leyeron a Eliot es larga y ecléctica. Tocó los corazones de Manic Street Preachers, Joni Mitchell, Arcade Fire, Van Morrison y muchos más. El grado de popularidad del cual sigue gozando nos hace pensar que lejos está de desaparecer del mapa de influencias de próximas generaciones.

Si de música, poesía y literatura tenemos que hablar, es imposible no escribir sobre la cantidad de referencias, homenajes, inspiraciones y tributos ofrecidos a las letras de parte de Morrissey. Desde The Smiths a su carrera como solista, Morrissey no hizo otra cosa que explicitar su amor por la palabra escrita. Definido como “el último músico que vino con una lista de lectura”, Morrissey no se privó en ningún momento de dejar bien en claro de dónde saca su inspiración. La lista es tan larga que merecería un artículo en si, pero de todas maneras vamos a intentar.

Una de las primeras e ineludibles referencias poéticas se encuentra en el tema Cemetery Gates en el cual Morrissey canta que tiene a Keats y a Yeats de su lado.

Si bien Cemetery Gates se centra en las figuras anteriormente nombradas, Shakespeare también tiene una aparición estelar en el verso “hath twice salutation to the moon” que Morrissey toma de Ricardo III. Las influencias shakespereanas no terminan ahí, continúan incluso en los nombres elegidos para los discos siendo el más icónico The Queen is Dead, tomado de Macbeth. Morrissey también encontrará inspiración a la hora de escribir Come Back to Camden. Morrissey recurrió también a las influencias de poetas como William Blake, W.H. Auden y Anne Sexton, sin embargo no dejó de lado las influencias puramente literarias que van desde Jane Austen, Joan Didion, Kerouac, Dorothy Parker y Marcel Proust.

Otra música que supo destacarse en sus influencias poéticas y literarias es Kate Bush.

Citando su referencia a Cumbres Borrascosas, Bush tomará mucho del poeta Alfred Tennyson para su disco Hounds of Love. Bush también transformará la voz de Molly Bloom en poesía, cuando utilice el soliloquio final escrito por Joyce en Ulises para su canción Sensual World.

Cruzando el océano

Imposible no hablar de los beats cuando se trata de conexión entre poesía y música en Estados Unidos. Los beats marcaron una era y también una comunión con los y las que cantaron esa época. Una de las bandas que más se dejó influenciar por la poesía y la escritura beat, fue The Velvet Underground. Aunque no de trato tan directo, como Dylan y Ginsberg, el mundo beat aparece marcadamente en su álbum The Velvet Underground & Nico. Experimentos con drogas, sexualidad liberada, vertientes poéticas que sostiene el disco y los emparentan, al igual que The Doors, con el aura beat.

Kerouac estaba interesado en la improvisación poética, no es extraño entonces que tuviera tantos contactos con el jazz. Kerouac se relacionaba con el jazz mucho más que otros beats, él mismo pensaba que su poética era jazz en su composición. En sus numerosos viajes en búsqueda de trabajo solía compartir tiempo y muchas noches con jazzistas. Una de las amistades que supo cultivar en noches de clubes fue la de Slim Gaillard.

En ese sentido Kerouac rompe el molde de otros escritores al relacionarse de manera directa con la música y tomar estructuras del be-bop y del jazz para escribir sus poemas. Por momentos más influenciado por la música que por otros escritores, el ritmo de su escritura, lo altisonante de su poética y el aire de clubes nocturnos, humo y el alcohol que lo rodean, hace de Kerouac, por momentos, un músico más.

Más cerca de los ochentas aparece Talking Heads, banda intelectual por excelencia, que tomará tanto de la cultura negra como de la poesía y la literatura. La influencia de W.H. Auden se materializa en Once in a Lifetime, pero su punto más alto quizás sea la adaptación de un poema de Hugo Balls, un poeta dadaísta alemán, que dió lugar al nacimiento de I Zimbra, tema que abre su disco Fear of Music. ¿Si David Byrne es el maestro del sonido multicultural? La respuesta es sí. De la cultura afroamericana no toma nada más la música, se vuelve también a su poética y supo investigar el folklore de Haití y de Brasil, sumando más influencias y enriqueciendo su música.

La biblioteca de Byrne a esta altura es legendaria y quienes quieran saber más de la misma, como también de la biblioteca de uno de sus más grandes colaboradores Brian Eno, pueden pasar por aquí. Como dato curioso podemos mencionar que Arcade Fire supo seguir las lecciones de Talking Heads en lo musical y en lo poético, es sin duda una de las bandas más deudoras de la banda liderada por Byrne y lo dejaron claro en su disco The Suburbs que cuenta también con referencias a T.S. Eliot.

¿Y el Punk?

El punk leyó y mucho. Contra lo que algunos pueden llegar a creer, el punk y el post punk se nutrieron de grandes poetas y cada banda encontró su devoción y sentimentalismo según el caso. Television, de la mano de su líder Tom Verlaine, supo rendirle tributo tanto a Rimbaud como a Baudelaire y aunque se dedicaran a hablar de su propio barrio y las personas que lo habitaban, supieron encontrar metáforas surrealistas para contar historias. Eso llegó a su máxima expresión en el disco Marquee Moon.

La impresión que dejó Television en la historia de la música es lo suficientemente importante y compleja como para que muchos los consideren los creadores del proto punk y lo que le abrieron camino a los anteriormente nombrados Talking Heads y también a Blondie, Suicide e incluso Patti Smith. La concepción de la música de Verlaine se unía a la poesía, pero también a la moda y a todo tipo de elemento cultural o artístico que él sintiera tuviera la capacidad de nutrirlo. Dueños del art rock, inmortalizados en la cámara de Mapplethorpe, las influencias de esta banda neoyorquina llegaron a Lou Reed, REM y The Strokes.

No se puede obviar la presencia de Patti Smith en este punto, para muchos similar a Dylan, en sus largas canciones, que por momentos son confesiones que recuerdan a Anne Sexto o cualquier hija del movimiento de poetas confesionales. Ella misma supo decir que es importante leer a todos los poetas antes de hacer lo propio y supo dejar y compartir lecciones de cómo llegar al mejor poema posible.

¿Y en castellano?

Puede ser que a simple vista el modelo nacional no haga link directo con la poesía. Quizás todo recae sobre la figura de Spinetta, que tuvo un solo libro de poemas en su vida, Guitarra Negra, que tiene más de cuarenta años. Sus letras también son tomadas como tal, como poesía, pero las del Indio Solari también lo son y hasta el día de hoy, hay decenas de foros y páginas en internet que se dedican a analizar y desmenuzar los mensajes en clave de cada palabra escrita en los discos de Los Redondos.

En términos más formales la vuelta de la democracia trajo algunas cosas y entre esas cosas existieron Los Verbonautas, un grupo de poetas en el cual se encontraba Palo Pandolfo, responsables de Don Cornelio y luego de Los Visitantes. En ese colectivo se encontraba Vicente Luy, poeta cordóbes, que puso fin a su vida en Salta. Luy, hoy de culto y de adoración, tuvo grandes momentos poéticos y merece ser leído, como una rareza tanto en su obra como en su cruce con el rock, algo que debemos decir es poco frecuente en estas tierras.

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